CARRASCO, GERMÁN
Existen eventos, fenómenos, conglomerados de ítems que no tienen nombre ni cédula de indentidad hasta que el poema los hace visibles, los rescata. El poema son las palabras que no encontramos en el buscador virtual; el poema amplía el diccionario. La tentativa del rescatista: reparar, subvertir reputaciones, nombrar las cosas para que la realidad no se nos pase de largo.
Leer poemas de otras épocas que el mercado y la academia borran es un acto de redención con el tiempo. Al leer saquear esas literaturas y ciertos eventos, resucitan esas escenas y autores. Tomar una figura como la sinécdoque y leerla desde donde nunca se ha leído: la segregación. El rescatista provisto de un arnés desciende al subsuelo, que es la metáfora espacial del incosciente, y actúa ahú como un mariscador en la oscuridad.
Resurrección y saqueo, o saque y resurrección, implica darle otra vuelta de tuerca a lo que pasó y no advertimos. Rescatar y repetir, reesceribir, buiscar en la bodega y no en el circulante quie mandata el mercado y la academia.
Con ese fin, y también con humor, Germán Carrasco redime y libera. Estos poemas aspiran a un deseo de frescor en el lenguaje, de atención a lo incompleto y a la potencialidad de lo frágil y diminuto. Aprovechando su fraseo y el oleaje ninguna ola es igual a otra en el dialéctico acontecer de la historia, el poeta expone sus retratos de intimidad y violencia.
Compartimos una nueva cuota de lírica y risa en la ya amplia obra de Germán Carrasco, cuya visión política y estética del lenguaje se instaló como una poética cardinal del cono sur.