ROMA, ALEXANDRA
Ella era la hermana pequea de su mejor amigo, amante del amarillo y que creaba su propio cielo de constelaciones inventadas. ?l era el rebelde de la cazadora de cuero que dibujaba a bolg?rafo aquello que le revolva? el pecho. Juntos, quemaron etapas, construyeron recuerdos y se echaron mucho de menos, incluso cuando la n?ica barrera que tena?n que salvar era la distancia entre sus bocas. Ahora, Julieta y Marco son solo dos extraos destinados a encontrarse en las calles de Salamanca para averiguar si las canciones antiguas nunca mueren y el faro de Trafalgar les espera con un nuevo atardecer.Pasado, presente...Un juramento, un reloj de arena con el secreto del tiempo y la esperanza de que siempre puede estar escondido entre los acordes de La chica de ayer