WN. PAUL YOUNG / BRADLEY JERSAK
Pude seguir adelante, dejar todo en manos de Dios, como dicen. Y cuando lo hice, las ventanas y las puertas se abrieron de par en par. La luz entró a raudales, una luz que ahuyentó al miedo y eliminó la ira. Lo solté, en verdad lo solté, y fui libre [ ] la elección fue mía. Podía elegir perdonar o no. Perdoné porque me habían perdonado. Y cuando perdoné llegó la liberación». La señal