GUERRIERO, LEILA
A finales de 1982, tras la guerra entre Argentina y Gran Bretaña por las islas Malvinas, el ejercito ingles ordenó al oficial Geoffrey Cardozo que identificara a los soldaídos argentinos fallecidos en ese territorio y diseñara un cementerio para albergarlos. Los resultados del trabajo de Cardozo llegaron al gobierno argentino, que no los hizo públicos ni los dio a conocer a los familiares de los caídos. Como resultado, durante más de treinta y cinco años esos soldados permanecieron sin identificar. Este libro narra los esfuerzos, exitosos y recientes, por restiítuir una memoria hasta ahora opacada por la inacción institucional, el orgullo nacionalista y la sombra de la dictadura.