ROLF, ERIC
El estilo de vida frenético y estresante que llevamos con frecuencia nos hace omitir las señales de desequilibrio que emanan de nuestro cuerpo. Pensamos que son simples malestares que «ya pasarán» o que podemos controlar con medicamentos. Los motivos que nos impiden mirar hacia aquello que nos perturba son diversos: falta de tiempo, miedo a enfrentar la realidad o algún conflicto no resuelto
; así, este malestar avanza sigilosamente hasta que provoca una enfermedad.