MARTINA GABLER
Este famoso Oráculo debe su nombre al célebre vidente francés Belline, quien ejerció su arte durante más de treinta años a partir de la década de los cincuenta. Él mismo cuenta cómo, en una ocasión, una de sus consultantes que por motivos de salud se iba a retirar a vivir al campo, lo llamó para que examinara ciertos libros y papeles de los que ella pensaba desprenderse, por si alguno pudiera interesarle. Y así fue cómo examinando un cajón lleno de papeles y barajas descubrió un juego que en el acto lo fascinó. Se trataba de un misterioso manuscrito firmado por uno de los más grandes videntes del siglo xix: Edmond Billaudot. Edmond había sido discípulo de la célebre mademoiselle Lenormand y entre sus clientes se contaron personajes tan notables como Napoleón III, Alejandro Dumas y Victor Hugo. La sencillez y la belleza del oráculo creado por Billaudot cautivaron totalmente a Belline, quien en el año 1961 lo hizo editar con su nombre. El Oráculo Belline, que fusiona tarot y astrología, no pretende descubrir el futuro sino más bien ser un instrumento capaz de iluminar nuestras construcciones ocultas, tanto conscientes como inconscientes.